Es un proceso constante, dinámico y complejo, que se inicia desde antes del nacimiento y se extiende hasta la adultez. Implica procesos de crecimiento y maduración del sistema nervioso que permiten el desarrollo de las diferentes funciones en el niño. Este proceso está determinado por factores genéticos y ambientales que interactúan entre sí. Los primeros años de vida son fundamentales, ya que en esta etapa se van a configurar las habilidades perceptivas, motrices, cognitivas, comunicativas y socioemocionales que hace posible la interacción del niño con el entorno.